La restauración de la Virgen de la Pastora por el profesor sevillano de Artes Plásticas y licenciado en Bellas Artes, Nolasco Alcántara, ha sacado a la luz importantísimos datos, hasta ahora desconocido.
Entre otras cosas desveló que la talla de la Virgen está datada en el siglo XVI y lo que más sorprendió gratamente a los asistentes al acto de presentación de la puesta en valor, la mascarilla del rostro del niño Jesús que porta en sus brazos, cabe la hipótesis pertenezca a una fundición romana. Expuso que cualquier persona se podría haber encontrado (cosa frecuente en la trimilenaria Asido) o conservado en algún lugar la talla de Jesús y sin conocer su alto valor “la pudo colocar o adosar a la iconografía del conjunto”. Con ello Nolasco Alcántara quiso precisar que la Virgen y el niño, son de épocas o de civilizaciones diferentes.
Previo al traslado desde la Iglesia de Santa María la Coronada de la Divina Pastora al Arco árabe que lleva su nombre, al menos desde el siglo XVIII, según destaca en su libro el arqueólogo e historiador Salvador Montañez Caballero “El Callejero de Medina Sidonia”, el profesor y licenciado en Bellas Artes sevillano, Nolasco Alcántara, autor de la restauración, ofreció una conferencia sobre la puesta en valor de ambas tallas, la Santísima Virgen y su amado, Jesús.
El restaurador subrayó que, por suscripción popular, sin el sostén económico de ninguna entidad pública (incluida la iglesia) sino con la simple voluntad de los vecinos, se ha procedido a la intervención y restauración de un bien patrimonial público del barrio alto, como es la imagen de Nuestra Señora del arco de la Divina Pastora.
Nolasco Alcántara acentuó “la imagen se encontraba en un estado de conservación absolutamente deficiente, peligrando, incluso su integridad estructural y conservativa. En extremis, ha tenido lugar una intervención integral sobre su imagen y la del niño Jesús, documentando que el pequeño tiene una mascarilla de plomo fundido”.
También aseguro o enfatizó “Se ha documentado que la imagen se crea en el siglo XVI, que en el siglo XVIII sufrió una agresiva intervención en la que se le colocaron ojos de cristal pintados manualmente y se le creció el cuerpo, mutilando su estructura primigenia. Muy seguramente con la intención de adaptarla al hueco, donde actualmente recibe culto público, en el denominado arco de la Pastora, entrada almohade de las murallas de Medina Sidonia”.
Añadió que “Durante más de un año, ha tenido lugar un proceso de consolidación, desinfectación, retirada de repintes y elementos agresivos, que la distorsionaban y restauración de elementos volumétricos y polícromo”.
Quiso destacar “Gracias a las donaciones de muchos vecinos y ha sido nenes la imagen permanecer en su nicho de la muralla, y podrá continuar recibiendo veneración pública, constituyendo todo un logro vecinal de cómo un pueblo unido consigue todos los objetivos que se marca”.
Especialmente emocionado, como todos los asistentes, a este importante hito histórico en Medina Sidonia, el restaurador terminó su intervención “no sé si tendrá lugar, pero mi agradecimiento a toda la ciudadanía, en particular a las personas que han hecho posible que sea yo el que lo haya realizado. Y muy contento de colaborar con el patrimonio de Medina”.
Antes de la conferencia, la Virgen fue bendecida por el párroco, Gerardo de la Hoz, durante la Salve que todos los sábados el pueblo de Medina le ofrece a su Excelsa Patrona y Alcaldesa Perpetua, la Virgen de la Paz.
Seguidamente la Divina Pastora sobre una parihuela, escoltada por un buen número personas y Policía local para regular el tráfico, tomó camino por las más bonitas y estrechas calles del barrio de Santa María, camino de la Plaza de la Pastora donde se ubica el Arco árabe que lleva su nombre.
Los dos artífices que iniciaron la suscripción popular para que no se perdiera estas importantes tallas, Antonio Jesús Gómez García y Daniel Caballero Galindo, los mismos que la bajaron de la hornacina instalada en el arco para trasladarla a Sevilla y proceder a su restauración, entre aplausos e incluso lágrimas de algunos de los presentes, con la ayuda del maestro carpintero, Francisco Marchante, después de un año ausente y no pocas vicisitudes, la Divina Pastora está al culto de todos los creyentes o admiración y respeto de quienes no lo son, entre ellos los cientos de turistas que visitan, el Arco árabe, quizás junto a la Iglesia de Santa María, el monumento más emblemático de los muchos que tiene la vieja Asido.
La vuelta a Medina de la Divina Pastora ya restaurada ha causado una enorme expectación entre creyentes o no, ya que el popular monumento donde se expone, lleva el nombre de “Arco de la Pastora” y así consta en la nomenclatura asidonense, siendo uno de los tesoros más importantes de la época musulmana de Andalucía.
Los promotores de la puesta en valor solicitaron la colaboración del Ayuntamiento que tan solo se ha limitado restaurar la hornacina donde se conserva la Virgen, sin aportar otra ayuda alguna más, pese a que se encontraba en un monumento histórico, artístico y monumental, que debe de contar con la protección municipal.
La talla de la Virgen de la Divina Pastora da nombre al arco árabe del que toma su nombre, uno de los accesos del recinto amurallado de Medina Sidonia, y por su carácter artístico y ornamental, el más significativo y representativo de los símbolos de la Ciudad, según destaca en su libro “El Callejero de Medina Sidonia” el historiador, investigador, arqueólogo y director del Museo Arqueológico de Medina Sidonia (MAMS), Salvador Montañés Caballero.
Tanto en esta obra como en diversos estudios hay muy pocos datos de la verdadera historia de la ubicación de la Virgen que da entrada al espectacular recinto amurallado.
Si añade el historiador que su nombre más antiguo, era el de la Puerta Salada, que lo toma de la cercana fuente del mismo nombre; y el de Arco de la Pastora, por el que ahora se le conoce, de una imagen de este título que aún se conserva en uno de sus lados internos.
No obstante, escribe que a la luz de la documentación manejada la plaza de la Pastora donde se ubica el monumento “no podemos precisar si se conoció con algún otro nombre a este espacio; lo cierto es que a partir de 1810 comienza aparecer así en los padrones”.
Pero por otra parte matiza que “su nomenclatura la debe a una imagen que existió en la hornacina antes mencionada de la Puerta de la Salada. Por lo que sabemos -añade- dicha representación fue colocada en este sitio a raíz de la creación de la Hermandad de la Divina Pastora, ha mediado de siglo XVIII”.
Dado que el Obispado de la Diócesis de Cádiz-Ceuta, el Ayuntamiento de Medina Sidonia, Junta de Andalucía o Diputación, por citar algunas instituciones, no han mostrado interés alguno, Antonio Jesús Gómez y Daniel Caballero, con las colaboraciones de otros vecinos del municipio asidonense iniciaron la cuestación de donativos que permitieron la restauración de la talla o imagen de la Divina Pastora que se conserva en una hornacina lateral en la puerta o Arco árabe que lleva su nombre.
Y todo porque los residentes en Medina o fuera de nuestro término municipal: creyentes o no, políticos o apolíticos, ateos, agnósticos, libres pensadores, deístas, no podemos permitir que se destruya o desaparezca nuestro patrimonio iconográfico, histórico o cultural.
Por tal motivo, Gómez publicó en un comunicado en redes sociales donde informaba que todas las personas, empresas, establecimientos comerciales, entidades financieras, asociaciones, administraciones públicas o privadas, centros de enseñanzas, pudiesen aportar su óbolos o donativos.
Para ello subrayaba era necesario que se pongan en contacto con él mismo de forma privada con un doble objetivo: explicar en qué consistía el proyecto de restauración, presupuesto o valor de la recuperación de la talla y otras actuaciones que se pretendía llevar a cabo para embellecer o poner en valor no solo la imagen sino la hornacina donde se conserva desde hace siglos.
El arco de la Pastora Medina Sidonia es un tesoro arquitectónico que se encuentra en la ciudad de Medina Sidonia, en la provincia de Cádiz, España. Esta magnífica estructura es considerada una de las joyas de la arquitectura renacentista en Andalucía y ha sido testigo de la historia y la cultura de la región a lo largo de los siglos.
Construido en el siglo XVI, el arco de la Pastora Medina Sidonia destaca por su elegancia y belleza. Su imponente estructura de piedra se alza majestuosamente sobre el paisaje urbano, atrayendo la atención de todos aquellos que lo visitan. Su diseño arquitectónico refleja la influencia de diferentes estilos, como el gótico y el mudéjar, creando una combinación única y fascinante.
Además de su valor estético, este arco también posee un gran valor histórico y cultural. A lo largo de los años, ha sido escenario de importantes eventos y ha sido testigo de la evolución de la ciudad. Desde su construcción, ha sido utilizado como entrada principal a Medina Sidonia y como símbolo de su identidad.
Visitar el arco de la Pastora Medina Sidonia es adentrarse en la historia y la arquitectura de Andalucía. Sus detalles ornamentales y su imponente presencia transportan a los visitantes a tiempos pasados, donde se puede imaginar el bullicio de la vida cotidiana y la importancia de este emblema para la ciudad.
Se compone de dos arcos de herradura: el primero se apoya sobre dos columnas de origen romano; el segundo, en cambio, lo hace sobre sillares de piedra berroqueña, el mismo material del que está compuesto el dovelaje de sus arcos.
Finalmente, Miguel Roa, ex director y profesor del IES San Juan de Dios, historiador e investigador, autor, entre otros del libro “Medina Sidonia, más de un siglo en imágenes”, como ejemplo del sentir de todos los Asidonenses, ha publicado “Daniel Caballero y Antonio Jesús Gómez y la colaboración económica de algunos vecinos de Medina Sidonia ha sido posible recuperar está imagen de la Virgen de la Pastora que tiene su origen en el siglo XVI con arreglos y acondicionamientos del siglo XVIII y el niño Jesús que puede tener su origen en tiempos romanos con posteriores añadidos y adaptaciones, una pequeña parte del patrimonio asidonense recuperado gracias a la iniciativa vecinal, un grano no hace granero pero ayuda a su compañero, todos somos imprescindibles porque cada uno aporta una pequeña parte de lo que somos”.