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El Colegio Oficial de Arquitectos de Cádiz ha sido el anfitrión de un evento significativo, congregando a los comisarios de las cuatro últimas ediciones de la Bienal Española de Arquitectura y Urbanismo (BEAU). Este encuentro ha servido para analizar y discutir la trayectoria y el futuro de la arquitectura y el urbanismo en España, cubriendo una década de transformaciones y desafíos.

El acto, que marca el cierre de la primera etapa de la XVI BEAU inaugurada en Sevilla, ha tenido lugar en la sede del Colegio en la plaza de Mina. Los comisarios de la XIII, XIV, XV y XVI ediciones han realizado un exhaustivo análisis de la situación actual de la arquitectura española, teniendo en cuenta la experiencia acumulada en los últimos diez años. Este período ha sido testigo de múltiples crisis, como la burbuja inmobiliaria, la pandemia del Covid y la crisis económica actual, obligando a la arquitectura española a adaptarse y encontrar nuevas respuestas a las emergentes necesidades y preocupaciones.

La decana del Colegio de Arquitectos, Paula Vilches, fue la encargada de presentar el acto, que contó con la presencia de destacadas figuras del ámbito arquitectónico. Entre los comisarios presentes estuvieron Begoña Díaz-Urgorri y Carmen Moreno, de la XIII edición titulada ‘Alternativas’; Sara de Giles y José Morales, de la XIV edición bajo el lema ‘Más habitar, más humanizar’; Anna Bach y Óscar Miguel Ares, de la XV edición con el tema ‘España Vacía, España Llena’; y los actuales responsables de la XVI edición, ‘Me—dio Pla—zo’, María González, Juanjo López de la Cruz y Ángel Martínez García-Posada.

Durante un conversatorio moderado por Tomás Carranza, doctor arquitecto y jefe del área de Formación y Cultura del Colegio, se profundizó en diversas temáticas. Se destacó que “la arquitectura española goza de salud y ha sabido superar la crisis económica y sanitaria, enfrentándose ahora a una crisis medioambiental”. Además, se abordó cómo la ausencia de obra durante los años de crisis fomentó el pensamiento y la publicación en el campo, y cómo la arquitectura ha transformado la crisis en una oportunidad, manteniendo la calidad en el sector privado mientras que en el público se ha observado una disminución en el precio y la relevancia de los equipamientos, variando según el territorio.

Carmen Moreno comentó que durante la crisis cualquier proyecto, incluso a pequeña escala, se convertía en una oportunidad, mientras que Begoña Díaz-Urgorri enfatizó cómo la sociedad comenzó a involucrarse más en la arquitectura. Sara de Giles señaló la importancia de considerar todo como patrimonio, no solo las grandes obras, pero mencionó la escasez de proyectos de vivienda social presentados en la Bienal. Por otro lado, José Morales resaltó que los cambios no solo son consecuencia de la crisis, sino de un cambio de paradigma en la arquitectura.

Óscar Miguel Ares criticó la falta de visibilidad de los arquitectos en la España vacía y la primacía del material sobre la forma en la arquitectura actual. La XV BEAU resaltó la creciente atención hacia la eficiencia energética y la conciencia climática en las construcciones. Tomás Carranza subrayó la necesidad de una mayor implicación de las administraciones públicas en la promoción de obras de mayor escala para mejorar el hábitat urbano.

La bienal fue reconocida como un espacio crucial para identificar tendencias y actuar como un compendio de logros arquitectónicos, así como para realizar una crítica del presente. María González destacó la necesidad de implicar no solo a la sociedad sino también a los políticos en la arquitectura y la bienal, para fomentar un ámbito de reflexión.

 


 

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