El Seminario San Bartolomé acogió esta mañana el último de tres encuentros dirigidos por el sacerdote de la Comunidad de las Bienaventuranzas y escritor, Jacques Philippe. En esta oportunidad, el evento estuvo enfocado hacia los sacerdotes de la diócesis, concluyendo una serie de retiros que comenzaron el sábado con uno para laicos y continuaron el domingo con otro para personas consagradas.
Jacques Philippe centró su intervención en la relación entre la oración y la misión. Al inicio de su discurso, destacó la necesidad de una oración profunda: "Dios nos suplica que oremos, que no nos conformemos con una oración superficial". Enfatizó que sin una íntima relación con Dios, enfrentar los desafíos actuales sería inviable. "Necesitamos una oración más profunda para el apostolado y los retos del mundo. Debemos convertirnos nosotros mismos antes que a los demás", explicó. Afirmó que la oración es esencial no solo por consuelo personal sino porque es una petición divina: "Si rezo por motivos propios puedo dejar de hacerlo; pero no podré dejar de hacerlo si me lo pide Dios, porque no es el hombre el que busca a Dios, es Dios quien busca al hombre".
Además, relacionó directamente la oración con la misión evangelizadora, señalando que "la oración es por sí misma una misión, la primera misión a la que somos llamados". Citando a San Juan de la Cruz, dijo que "un solo acto de amor vale más que todas las obras", subrayando así que la oración, por sí misma, ya constituye una forma de apostolado y evangelización.
Sobre el mandato misionero del Nuevo Testamento, Philippe destacó dos fases: el anuncio del misterio de Cristo y la llamada a la santidad que se inicia con el bautismo. "Id al mundo entero y predicad el Evangelio", recordó, indicando la importancia de acoger esa presencia divina para ser verdaderos misioneros.
Finalmente, Jacques Philippe subrayó la importancia de la dimensión comunitaria en la misión evangelizadora, concluyendo que una auténtica fraternidad es indispensable para vivir según el Evangelio.
El día anterior, en el retiro para consagrados y consagradas, el sacerdote se enfocó en las Bienaventuranzas, donde exploró temas centrales de su obra 'La felicidad donde no se espera'.
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