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Cinco meses de extracción indiscriminada de agua subterránea están poniendo en peligro el acuífero de Sanlúcar de Barrameda, advierte Ecologistas en Acción. La organización ha hecho público su rechazo al "derroche de agua que desde hace ya cinco meses se está llevando a cabo, de manera sistemática, en el número 22 de la Avenida Cerro Falón, antigua finca San Marcos", y expresa su temor de que esta práctica esté secando el acuífero subyacente.

El grupo ecologista señala que "mucho nos tememos que podrían estar secando el acuífero existente en el subsuelo de esa zona, una auténtica barbaridad y una acción inaceptable tanto desde el punto de vista medioambiental, como desde el punto de vista ético y social". A través de este comunicado, también hacen un llamamiento a los responsables políticos para que gestionen mejor este "patrimonio natural urbano que es el agua subterránea de la ciudad".

Se reporta que, en estos cinco meses, el volumen de agua despilfarrada es considerable, con un impacto negativo significativo en términos medioambientales, sociales y morales. La organización recalca que "el derroche es tremendo y frenarlo es un deber moral, social y medioambiental", especialmente en un contexto de escasez hídrica creciente.

Ecologistas en Acción informa que análisis de muestras de agua han confirmado que "se está tirando al alcantarillado agua dulce, apta para algunos usos, como riegos, baldeos y limpiezas en casas y locales comerciales de la zona". La situación se agrava porque la empresa implicada no solo extrae agua de su propiedad, sino que "está secando el acuífero del que se abastecen viviendas y locales comerciales de la zona que cuentan con pozos en su propiedad".

La legalidad de estas acciones también está en cuestión, ya que la normativa vigente requiere que la extracción de agua subterránea sea autorizada y que el agua sea devuelta a su depósito natural, no desechada en el alcantarillado.

Además, se observan efectos secundarios como la subsidencia del terreno, un hundimiento progresivo causado por el bombeo excesivo de agua. Esto podría causar "daños a infraestructuras como calles, edificios, viviendas o locales", ya observados en algunas propiedades colindantes.

Desde una perspectiva más amplia, la organización recuerda que "el agua es un recurso valioso que promueve y sostiene la salud de la ciudad y de su economía", y urge a los políticos a adoptar una actitud de justicia social hacia la gestión del agua subterránea, "no sólo como deber medioambiental, sino también como compromiso con el bienestar social de nuestra generación y de las generaciones futuras".

Finalmente, Ecologistas en Acción apela a la "responsabilidad ciudadana como usuarios y consumidores de este bien público, de este patrimonio natural urbano, que debemos cuidar" y sumar esfuerzos para denunciar y prevenir futuros desmanes. La entidad concluye con una nota de urgencia y reflexión: "El agua es más que un recurso, es base y raíz de la vida. No esperemos a que se cumpla lo que advierte el viejo proverbio: 'Nunca se sabe el valor del agua hasta que el pozo se seca'".

 


 

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