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El Sindicato de Contratas y Servicios Públicos de Cádiz ha emitido una nueva denuncia contra la empresa GRUPO RAGA por el deterioro continuo en la calidad del servicio de jardinería municipal en Cádiz y por el incumplimiento de los compromisos adquiridos en el contrato establecido en marzo de 2022. Según el sindicato, la empresa ha fallado en la implementación de mejoras prometidas y ha recortado las condiciones laborales de los empleados, con la complicidad del Ayuntamiento de Cádiz.

El comunicado íntegro es el siguiente:

 

Desde el Sindicato de Contratas y Servicios Públicos de Cádiz queremos volver a denunciar públicamente el grave deterioro que de forma imparable viene sufriendo la prestación de este servicio municipal por parte de la actual empresa adjudicataria, GRUPO RAGA, que, amparándose en la pasividad y tolerancia del Ayuntamiento de Cádiz, no sólo sigue sin cumplir toda una serie de importantes compromisos que adquirió al firmar el contrato, sino que, además, no cesa de recortar y deteriorar las condiciones laborales de su plantilla.

Así, por ejemplo, cuando GRUPO RAGA obtuvo este contrato municipal en marzo de 2022, lo hizo, entre otras razones, porque en su oferta incluía toda una serie de mejoras entre las que figuraban: 

  • La adquisición y puesta en funcionamiento de una nueva nave.
  • La construcción de unos nuevos vestuarios, ya que los actuales se habían quedado pequeños y, además, no disponían de espacios diferenciados para trabajadoras y trabajadores. 
  • Y la construcción también de una planta de compostaje para propiciar la eliminación de residuos vegetales y su posterior aprovechamiento en el mantenimiento de los jardines. 

Pues bien, cuando ya se han cumplido dos años desde aquella adjudicación la empresa RAGA no ha dado cumplimiento efectivo a ninguno de tales compromisos, ya que:

  • La práctica totalidad del servicio de jardines sigue prestándose desde la misma nave industrial de siempre, repleta de defectos y con todo su espacio disponible saturado. Una nave nueva, de igual tamaño, que se alquiló muy cerca de la actual no se ha llegado a poner en funcionamiento porque ni la empresa, ni el Ayuntamiento quieren asumir el fuerte coste que supone la corrección de todos los defectos que presenta, como son, la falta de impermeabilidad de los techos (las goteras inundan la nave cuando llueve), la inexistencia de vestuarios, la falta de sistemas de seguridad, etc. Como consecuencia de ello, el único uso que en realidad viene dándose a esta “nueva” nave es la de utilizar un gran solar anexo a la misma como aparcamiento al aire libre de los vehículos industriales asignados al servicio de jardines, sufriendo por ello el correspondiente deterioro. 
  • Respecto a la planta de compostaje, no se ha levantado ni un solo ladrillo para construirla, a pesar de que el contenedor para este tipo de restos que tradicionalmente existía en el Punto Limpio de Zona Franca fue anulado por el Ayuntamiento hace ya mucho tiempo. Como consecuencia de ello, una buena parte de los restos vegetales que deberían ir destinados a la inexistente planta de compostaje permanecen amontonados en el mismo solar antes referido que la empresa utiliza como aparcamiento de vehículos. 
  • Finalmente, y por lo que respecta al vestuario femenino sus obras se han iniciado hace muy poco tiempo y tras denuncia realizada ante la Inspección de Trabajo, ya que el plan inicial de la empresa era que el personal femenino del servicio se cambiase en unos módulos temporales que pretendía colocar en la “nueva” nave ya señalada antes y sin medios, ni condiciones de seguridad suficientes.        

Además de ello, como ya se ha apuntado al principio, la política de personal seguida por la empresa (en especial en los últimos meses) se viene caracterizando por:

  • El incumplimiento de numerosos derechos laborales, lo que obliga a los trabajadores/as a presentar constantes denuncias en Inspección o demandas en los Juzgados de lo Social. 
  • El recorte constante de personal por la vía de la no sustitución de las ausencias por incapacidad temporal o permisos reglamentarios (prácticamente no se cubre ninguna).
  • E, incluso, la reducción del gasto en materiales, lo que dificulta una correcta ejecución de las tareas de mantenimiento de los jardines municipales.  

Por si todo ello no fuera suficiente, los pliegos del nuevo concurso de adjudicación que se están preparando no parece que vayan a contemplar las necesarias garantías para que, en un futuro, no se reproduzcan circunstancias como las descritas y se mejoren de forma sustancial los derechos de una plantilla que, no se olvide, sufre una notable precariedad laboral, pluses congelados y una regulación por un convenio estatal con sueldos irrisorios.  

El Comité de empresa celebró una reunión con los responsables de medio ambiente para incluir mejoras en el futuro pliego, pero, hasta la fecha, no hemos vuelto a tener noticias de nuestras propuestas y sufrimos la inevitable sensación de que tanto los jardines, como los jardineros/as de la ciudad de Cádiz estamos abandonados a nuestra suerte por empresa y Ayuntamiento. El malestar es tan extenso que, en una reciente asamblea general celebrada para analizar la situación, se ha acordado que, de no existir novedades positivas en las próximas semanas, se emprenderían movilizaciones para ver si, por esa vía, este ayuntamiento (al que tanto le gusta autocalificarse de “más Social”) atiende de una vez nuestras reivindicaciones. Si otros colectivos de contratas municipales han obtenido mejoras económicas y laborales por encima de sus respectivos convenios y financiadas por el Ayuntamiento, no resultaría comprensible que la plantilla de jardines de la ciudad no tuviera derecho a un trato similar.

 


 

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