El pasado viernes 3 de marzo, un agente de la Policía Nacional fuera de servicio logró salvar la vida de un bebé recién nacido en la localidad de El Puerto de Santa María. El suceso ocurrió cerca de las 14:45 horas en la calle Palacios, cuando el policía se percató de un grupo de personas agitadas y a una mujer corriendo desesperada gritando que su hija se moría.

El agente no dudó en acercarse al lugar y observó a un hombre, el padre del bebé, sosteniendo a la recién nacida en brazos, sin saber cómo actuar ante la situación de emergencia. El policía, al identificarse como tal y al ver que la pequeña presentaba síntomas de atragantamiento, realizó de inmediato la maniobra de Heimlich, colocando al bebé sobre su antebrazo, cabeza abajo y dando golpes firmes en su espalda para liberar las vías aéreas.

Después de unos segundos de angustia, la obstrucción fue expulsada y el color de la piel de la niña recuperó su tono rosado, volviendo a respirar con normalidad. La madre, que había corrido en busca de ayuda, regresó al lugar y el agente le entregó a su hija ya estabilizada, viviendo un emotivo momento.

Una vez que el padre contactó con los servicios sanitarios y gestionó el traslado del lactante al Hospital Santa María del Puerto, el policía se marchó satisfecho por su eficaz intervención humanitaria. Más tarde, el agente visitó el hospital, donde le informaron que el bebé había sido dado de alta y evolucionaba satisfactoriamente.

 


 

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