A pesar de las olas de calor constantes por las que estamos atravesando este verano, más de 200.000 personas (más de un millón teniendo en cuenta al entorno familiar), no han podido ir ni un solo día a la playa o a la piscina, y no porque no tengan tiempo libre, porque casi todos son pensionistas, sino porque no hay cuartos de baños adaptados a sus necesidades.

Estamos hablando de las personas ostomizadas, (las que viven con una bolsa pegada al abdomen para recolectar sus desechos corporales) un colectivo que según fuentes hospitalarias crece un 5% anualmente y al que le salvan la vida con una bolsa, al precio de prácticamente no poder ir a ningún lugar porque para ellos los aseos son inexistentes. La mayoría viven encerrados en sus casas, sus hogares se han convertido en sus cárceles.

La ostomía no es una enfermedad, es la consecuencia de padecerla o haberla padecido, como algunos tipos de cánceres, enfermedad inflamatoria intestinal, o poliposis múltiple entre otras. Personas ostomizadas hay de todas las edades, desde bebés, hasta jóvenes o ancianos, aunque la mayoría se concentran entre los 45 y los 55 años, con media vida por delante, pero su condición unida a la carencia de baños, les impide normalizar sus vidas.

A día de hoy no hay ni una sola playa en la provincia de Cádiz con un baño adaptados a ostomizados. La única que lo ha incorporado es la Playa del Socorro, en los Realejos (Tenerife) y, si lo que quieren es ir a la piscina, solo pueden hacerlo si acuden a hacer campismo al camping Picos de Europa, en Asturias.

Javier Muñoz, Presidente de la FAPOE (Federación de Asociaciones de Ostomizados de España) vive en Guadalajara y asegura que “los ostomizados no nos podemos quedar callados. El derecho a la movilidad es un derecho constitucional, y a nosotros se nos está impidiendo ejercerlo por carecer de aseos. Es urgente que los cuartos de baño adaptados a ostomizados, se incluyan en el código técnico de edificación. No podemos esperar más, el tiempo pasa y al igual que cualquier persona queremos poder vivir nuestras vidas sin estar encerrados, no hemos cometido ningún delito como para tener que cumplir “la pena” de vivir encerrados; es matarnos en vida”.

Y es que los ostomizados no quieren que el próximo verano sea como este, encerrados en sus casas, porque no solo no pueden ir a playas o piscinas, sino a casi ningún lugar.

Yolanda Fernández, Vicepresidenta de la FAPOE vive en Palma de Mallorca, con indignación asegura que “no podemos viajar.... ¿A dónde vamos a ir? ¿Siempre a Pontevedra, allí hay sí hay un baño en el Hostel Alcolá Rooms que por cierto lo agradecemos mucho. ¿Pero hoteles, a qué hotel vamos? Pues a ninguno, porque ni un solo hotel tiene baños adaptados a ostomizados en todo el país y, estamos hablando de España, país turístico donde los haya. Tampoco podemos ir a un restaurante, al cine, a un teatro, a un museo o a eventos como bodas, bautizos y comuniones. Nuestro aislamiento social es casi total. Esta situación es horrible, muchos ostomizados acaban con grandes depresiones y, cuadros de ansiedad unida a la ansiedad que de por si provoca salir a la calle sin baños.”

Y es que tal y como asegura Muñoz “¿vosotros iríais a algún sitio, donde sea… sabiendo que en ningún lugar vais a encontrar un baño? seguramente vuestra respuesta sea que no. Es tan fácil de entender como que donde tú tienes un baño los ostomizados también lo necesitamos. No es un capricho, es una necesidad…”

Las personas ostomizadas carecen de esfínter y nunca saben cuando se les va a llenar la bolsa, pero cuando esto ocurre, tienen que vaciarla o cambiarla con urgencia para evitar que se despegue o reviente por saturación. Algunos ostomizados necesitan cambiar o vaciar su bolsa hasta 10 veces o más, en un solo día.

La FAPOE y las 22 asociaciones que la forman, han conseguido que se hagan baños adaptados a ostomizados en algunos lugares, aun simbólicos, pero como no está regulado por ley ni incluido en el código técnico de edificación “es un desgaste tremendo para nosotros. Es una lucha constante porque a veces pasa que los hacen de obra y los hacen mal, como acaba de ocurrir en el hospital de Riotinto en Huelva”, se lamenta Muñoz.

Para evitar que ocurran cosas así dice Javier Muñoz que “siempre recomendamos que los encarguen ya hechos. Hay dos empresas españolas que los comercializan listos para su montaje, y ni siquiera hace falta hacer obras, tan solo hay que conectar el inodoro a la entrada de agua y a la salida de aguas residuales. Una de las empresas es Muebles Tarrio Barcia, y la otra OstoBaño (ostobano.com). Y por cierto, pronto empezará el curso escolar y ni colegios, ni institutos, ni universidades salvo la Pablo de Olavide en Sevilla, ni escuelas de idiomas o conservatorios de música, cuentan con baños para ostomizados… ¿cuál es la solución? ¿Que los chavales dejen de estudiar como ya ha ocurrido en muchos casos? ¿Les dejamos sin futuro? Ahí lo dejo”.

 

¿Cómo son los baños adaptados a ostomizados?

Están diseñados para usarse de forma higiénica en una postura saludable y evitar lesiones de espalda.

Los baños adaptados a ostomizados cuentan con un inodoro en alto, a poco más de 70 del suelo, con lo que para vaciar la bolsa no hay que agacharse ni arrodillarse (a los ostomizados un váter normal les queda a la altura de las rodillas, si no se agachan o arrodillan se salpican de heces que por lo general son semilíquidas por sus enfermedades de base).

Además, disponen de una encimera encastrando el inodoro, para poder posar los productos de recambio y aseo, tales como bolsa de ostomía, gasas, pasta periestomal y polvos secantes tijeras entre otros. 

También cuentan con enjuagador de bolsa que se acciona con el pulgar de la mano para poder enjugar la bolsa tras el vaciado de la misma y dejarla limpia, así como con espejo en el que poder verse el estoma, situado a la altura del ombligo. Imprescindible para poder realizar el cambio de bolsa. 

 


 

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