Este sábado 12 de octubre se ha registrado un incidente en un campo de fútbol gaditano, cuando un árbitro fue agredido por el padre de un niño de categoría alevín.
El suceso ocurrió en el encuentro de la jornada 3 del Grupo 3 de Cádiz de la 4ª Andaluza Alevín que enfrentó al CD El Juncal Atlético y el CD Colegio Guadalete (4-7). El árbitro, Abel Gabriel Bayard Ullen expulsó a un jugador al terminar el encuentro, por desconsideraciones al colegiado gaditano natural de El Puerto de Santa María.
Fue el propio Abel Gabriel Bayard el que a través de las redes sociales denunció la agresión:
Todo ocurrió ayer 12 de octubre. Una vez más se ve una acción nefasta de padres que creen que increpando a un árbitro serán mejores padres. Esta vez llegó algo más lejos, esta vez uno de los padres me agredió, todo pasó más allá de los insultos a los que estamos acostumbrados a escuchar en un terreno de juego. Todavía en 2019 la gente no sabe que un árbitro es una persona más, con su virtudes y sus defectos. Éste padre se llevó desde el minuto uno increpándome desde la grada, con insultos y amenazas, lógicamente yo pasé de sus malas palabras. Cuando finalizó el partido, su hijo muy "educadamente" me dijo:"eres un vendido y un gilipollas", yo, al ver esta falta de respeto hacia mí expulsé a dicho jugador, que comenzó a llorar. Luego me dispuse como siempre a saludar a los delegados de respectivos equipos.
Cuando me acerco al banquillo del equipo de su hijo, este padre salta la valla hacia el terreno de juego y se dirige hacia mí señalándome con su dedo índice y puesto en mi cara diciéndome:"todo esto es culpa tuya", a mi parecer no vi oportuno contestar. Pero pienso que la culpa no es mía, la culpa es suya por educar a su hijo como él. Después de ponerme el dedo sobre mi cara, empezó a poner su cabeza sobre la mía con ánimo de golpearme. En ese momento, vino mi padre y le dijo:"éste es mi hijo, y delante mía no lo tocas". Entonces el padre del jugador se avalanzó sobre mí y me puso la mano en el cuello dejándome estas marcas.
Obviamente este hombre está denunciado. Espero que se comparta y que sirva de ejemplo a muchos de los padres de lo que no se debe hacer y que se lo piensen dos veces. Agredir a una persona es de vergüenza, pero ya hacerlo delante de niños pequeños, que cogerán el ejemplo de su padre, llega a un límite extremo.
El próximo fin de semana saldré con más ganas, para hacer lo que me gusta de verdad. Este acto no pondrá ningún obstáculo a mis sueños y metas.
Un saludo, y gracias por dedicar vuestro tiempo.
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