La Catedral de Cádiz celebra el 186º aniversario de su consagración con una ceremonia especial organizada por el Cabildo Catedral. Este 28 de noviembre, se ha llevado a cabo la Fiesta de la Dedicación del principal templo de la diócesis, con una misa presidida por el deán, P. Ricardo Jiménez Merlo, acompañado del Rvdo. P. Guillermo Domínguez Leonsegui. Durante la ceremonia, que tuvo lugar en el coro de la catedral, se encendieron las doce velas ungidas en la consagración del templo en 1838.
El deán, P. Ricardo Jiménez, destacó la importancia de esta celebración para la Iglesia Diocesana. Según sus palabras, “esta fiesta nos recuerda que nosotros estamos siempre en comunión con nuestro obispo y, al mismo tiempo, nos recuerda esa llamada a vivir la fe unidos. Es una fiesta que nos llama a sentirnos parte viva de toda nuestra Iglesia. Nuestra catedral es fruto de la fe de los muchísimos cristianos que fueron contribuyendo para que la Iglesia de Cádiz tuviera un signo evidente de que aquí, en esta tierra, había una comunidad cristiana fuerte, fervorosa, y que se sentía orgullosa de su fe. Ahora, nosotros estamos llamados a continuar con ese legado. Que esta Fiesta de la Dedicación nos ayude a sentirnos piedras vivas de nuestra Iglesia, piedras que están llamadas a dar la vida, a dar sentido, a dar luz y color y a llevar al mundo la alegría de la resurrección”.
Conocida por los gaditanos como la Catedral Nueva, la Catedral de Cádiz, 'Santa Cruz sobre el Mar' o 'Santa Cruz sobre las Aguas', se distingue de la llamada Catedral Vieja, edificada en el siglo XVI sobre una antigua catedral gótica construida por orden de Alfonso X El Sabio. Su construcción comenzó en 1722, impulsada por el desarrollo económico de la ciudad tras el traslado de la Casa de Contratación de Sevilla a Cádiz en 1717. Este crecimiento exigió un templo acorde con el esplendor de la ciudad, especialmente tras el incendio de la anterior catedral durante el ataque angloholandés de 1596.
El diseño inicial de la catedral estuvo a cargo del arquitecto Vicente Acero, quien ya había trabajado en las catedrales de Granada y Guadix. Sin embargo, diversos cambios en la dirección de las obras marcaron su construcción: Gaspar Cayón asumió el proyecto en 1739, seguido por Torcuato Cayón en 1757, y posteriormente por Miguel Olivares y Manuel Machuca. Finalmente, entre 1832 y 1838, Juan Daura dirigió los trabajos que concluyeron con la consagración del templo.
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