La Policía Local de Chipiona fue requerida en turno de tarde por un supermercado de la localidad, tras detectar que un cliente había introducido varios productos de alimentación en su mochila. Al llegar al lugar, observaron cómo el individuo pasaba por la línea de caja, pagaba algunos productos, pero ocultaba otros con la intención de llevarlos sin abonar su precio. La patrulla procedió a identificarlo, encontrando en su posesión 2 botellas de aceite y tres blísteres de jamón que había sustraído.
Durante el proceso de identificación, una persona se acercó a los agentes expresando su descontento con la actuación policial. De manera textual, comentó: "no tenéis vergüenza, dejarlo hombre que lo ha cogido para comer el pobre". Ante esta crítica, los agentes le sugirieron que si quería ayudar, podía hacer un gesto de buena voluntad y pagar por los productos sustraídos. Sin embargo, la respuesta fue negativa: "si hombre voy yo a pagar eso".
Este incidente destaca la complejidad de las situaciones a las que se enfrentan las fuerzas de seguridad y la variabilidad en las percepciones de la ciudadanía respecto a las acciones delictivas y las intervenciones policiales.
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