Taller mecánico

La asociación  del sector del automóvil en la provincia de Cádiz, ATRA, ha alertado de la dura situación que se prevé para el año 2021, muy duro para concesionarios y talleres, señalando que no se verá luz, tal vez, hasta dentro de varios años. La pandemia, unido a los nuevos modelos de movilidad, van a producir una transformación en la que muchos empleos se perderán, pero saldrán nuevas profesiones y nuevas oportunidades de negocio. Estas empresas entienden que hay que moverse rápido y no perder el tren de las nuevas tecnologías, formas de distribución, nuevos mantenimientos y reparaciones.

Los números de ventas de automóviles en la provincia de Cádiz hablan por sí solos, en este año 2020 marcado por la pandemia del Covid19. Aunque el mercado venía con un descenso, ya que 2019 tuvo una bajada de un 8,71% en la cifra de ventas totales con respecto a 2018, condicionado por la indecisión que se había provocado en los compradores con la falta de apoyo a los vehículos diésel.

La falta de apoyo a la venta con programas tipo Moves, que ayudaban al desguace y renovación durante estos últimos años, también ha contribuido a este descenso. Este año el programa de incentivos apostaba claramente por las tecnologías de los híbridos enchufables y eléctricos puros.

En 2020, el descenso sobre el año 2019 ha sido de tal magnitud que muchas concesiones están en la cuerda floja y con sus vendedores todavía en situación de ERTE, que al menos ha propiciado sobrevivir con pérdidas moderadas, pero al fin y al cabo pérdidas. ATRA insiste en la necesidad de alargar al máximo los ERTEs para propiciar la subsistencia de las empresas del sector automoción.

En resumen, el descenso en porcentaje de ventas ha sido de un 31,61%. Se han vendido 14.471 vehículos, frente a los 21.160 de 2019 y los 23.178 de 2018. Si comparamos 2018 con 2020, el descenso acumulado ha sido de un 39,39%: 8.707 unidades menos

Para ATRA, miembro a su vez de GANVAM, la patronal nacional del sector, el año 2021 trae muchas incertidumbres: la pandemia provoca que no se visiten las concesiones, que los clientes se vuelvan conservadores a la hora del cambio al no saber a qué atenerse por culpa de algo impredecible y no tangible ni controlable como es el virus.

Por otro lado, tenemos la problemática de qué tipo de motorización comprar, Diésel, Gasolina, Eléctrico, Hibrido, y la aparición de las siglas GLP, GNC, de gas natural. A todo esto, se le suma la subida de los impuestos por el cambio en la manera de medir los consumos y las emisiones de CO2, que hace que muchos vehículos cambien de tramo en la valoración del impuesto de matriculación. De media suben unos 800€. 

Actualmente no hay ningún plan activo que incentive el cambio de un vehículo con más de 10 años lo que plantea un  panorama desalentador para aumentar las  ventas. En definitiva, que los futuros compradores tienen y tendrán una gran confusión, retrasando la decisión de futura compra.

Las concesiones también se enfrentan a los costes de transformación hacia la venta de vehículos con tecnologías limpias, adecuación de instalaciones, formación de personal, nuevas formas de venta online y mayor coste de los vehículos que se traduce en menores ventas.

En esta situación, los talleres libres son un punto y aparte, con el parque de automóvil más viejo de Europa rodando, cuando la pandemia lo permite, y los usuarios que, debido a la crisis aguataran más todavía sus viejos coches. Las reparaciones serán más abundantes pero estas empresas afrontan en paralelo un cambio de modelo de reparación en la que la formación en nuevas tecnologías requerirá mucho tiempo, e inversión en utillaje que muchos no podrán acometer, por edad de los dueños (la mayoría autónomos) y por lo elevado de los costes.

 


 

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