La Asociación Española de Consumidores ha elevado un llamamiento exigiendo un mayor rigor en las inspecciones de alimentos importados de países fuera de la Unión Europea. Este pronunciamiento llega tras la notificación de una alerta sobre un envío de concentrado de tomate procedente de Egipto que fue liberado para su distribución el pasado 15 de septiembre y que contenía residuos de tres pesticidas no autorizados: Clorpirifós, Clorfenapir y Diflubenzuron.
La alerta, notificada al RASFF (Sistema de Alerta Rápida para Alimentos y Piensos) el 10 de octubre, indica que es probable que los consumidores ya hayan adquirido el producto en cuestión. La Asociación califica la situación de "tremendamente grave", en parte debido a que los controles no han evitado que el producto llegue a las manos de los consumidores y en parte porque este tipo de importaciones incumplen las normas de condiciones fitosanitarias y de seguridad alimentaria que sí son obligatorias para los productores dentro de la Unión Europea.
Desde la Asociación Española de Consumidores se piden "inspecciones exhaustivas para sacar estos productos de la venta inmediatamente si están aún". También se ha lamentado la falta de campañas informativas para los consumidores que puedan haber tenido estos productos en sus casas, así como la falta de transparencia en la notificación de estas alertas a los consumidores.
El tema ha levantado considerable repulsa y ha intensificado el debate sobre la necesidad de un control más riguroso sobre los productos alimenticios importados, especialmente aquellos que provienen de países fuera del bloque comunitario. Se destaca el riesgo no solo para la salud del consumidor, sino también el perjuicio económico que supone para los productores y empresas que sí cumplen con las normativas y requisitos de la Unión Europea.
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