Londres vivió en la tarde del pasado miércoles momentos de tensión en una de sus arterias comerciales más concurridas, Oxford Street. Según las fuentes, un grupo considerable de jóvenes, en su mayoría menores de 16 años, había orquestado a través de la popular red social TikTok un "asalto" coordinado a tiendas de la zona. La meta principal: una conocida tienda de moda deportiva, programando su actuación para las 15:00 horas.
La convocatoria, que alcanzó un notable grado de viralidad, no pasó inadvertida para las autoridades. En un giro inesperado, la noticia llegó hasta el despacho del alcalde Sadiq Khan. Preocupado, optó por hacer un llamamiento a la "cordura" a través de los medios, evitando mencionar que el origen de esta convocatoria se encontraba en TikTok. Su principal objetivo era evitar que el número de participantes aumentase.
Para enfrentar esta situación, se llevó a cabo un significativo despliegue policial. Diez furgonetas, aproximadamente 50 agentes en funciones de patrulla a pie, seguridad privada dispersa por las calles, vigilando accesos y en el interior de las tiendas, y hasta un destacamento de policías montados se desplegaron para garantizar el orden. Los jóvenes, frustrados ante tal operativo y vestidos en su gran mayoría de negro, no pudieron concretar su plan.
Cabe señalar que este tipo de incidentes no es nuevo para Oxford Street. Ya en 2022 se registraron saqueos y destrozos en vehículos en fechas similares, ecos de un pasado más violento en 2011, con disturbios de tintes raciales que sacudieron no solo a Londres, sino a otras ciudades del país.
Lo que sí resulta novedoso es el papel de TikTok como herramienta de convocatoria para actos delictivos. Lo acontecido reabre el debate sobre el uso y el control de las redes sociales, así como la responsabilidad compartida entre plataformas, usuarios y autoridades.
Envíanos tus vídeos, fotos, denuncias y noticias por WhatsApp (645 33 11 00)