El Gobierno sigue sin apostar ni considerar el tren como un aliado en la lucha contra el cambio climático y en la movilidad sostenible. A una reciente pregunta planteada por el portavoz de Compromís, Carles Mulet, el Ejecutivo echa balones fuera para restar importancia a las propuestas que plantean volver a potenciar trenes y rutas internacionales y estatales de largo recorrido. “Frente a medios contaminantes como el avión planteábamos recuperar trenes como el Estrella, que recorrían el Estado de norte a sur, de Alacant a Irún, de Canfranc a Madrid y València, de Algeciras a Portbou, de Santander a Málaga o de Madrid a Vigo, o los Trenhotel nocturnos o las antiguas rutas internacionales que comunicaban las principales capitales del Estado con Zúrich, Milán, Austerlitz o Bourg-Saint-Maurice. Mientras Europa regresa al tren el Gobierno en su respuesta nos habla con evasivas de viabilidad económica o la imposibilidad de realizar aportaciones públicas, cuando estamos hablando del futuro de nuestro planeta y de fomentar el medio de transporte que facilita la vida a las personas, que les permite dormir durante el viaje con unos trenes que gozaron de una gran aceptación y popularidad, frente a la dinámica de los contaminantes e insostenibles vuelos cortos”, ha explicado Mulet.

Desde la coalición han recordado además que “los trenes nocturnos no tienen por qué ser incompatibles con los diurnos, sino complementarios y que pueden servir para prestar un mejor servicio y suplementar los trayectos que no presta el actual sistema radial de AVE, cuyos trenes siempre pasan por Madrid y están dejando incomunicadas amplias zonas del territorio, vaciándolas de actividad, eliminando los trenes convencionales y fomentando la despoblación”.

La respuesta del Gobierno “es de por sí inconsistente e incongruente”, afirman desde la coalición. “Aseguran que no pueden disponer de aportaciones públicas cuando muchos de los trayectos de AVE sabemos por la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea) que son deficitarios, que han tenido unos costes de construcción y mantenimiento que van en perjuicio del tren convencional y que ahora se ha implantado la gratuidad en los trenes, con lo que la excusa de la viabilidad no parece un argumento sólido. Que hablen claro: que digan que no les interesa el tren para las clases más populares y que expliquen el por qué y se dejen de excusas, pues hay herramientas para garantizar el funcionamiento de forma legal determinadas líneas, como la declaración de Obligación de Servicio Público (OSP) y los Presupuestos Generales del Estado, la herramienta idónea donde pueden plasmar con rapidez su apoyo al tren convencional. Ahí si que nos encontrarán”, ha concluido Mulet.

En su respuesta el Gobierno evita informar de si se alineará con los otros países de Europa para potenciar los trenes nocturnos o en las reformas de política fiscal para acabar con las exenciones fiscales de la aviación, implantar impuestos al queroseno, a los billetes internacionales, instaurar tasas a los jets privados o de negocios o prohibir los viajes cortos.

 


 

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