El aprendizaje de un idioma o la formación para mejorar su dominio y obtener un título acreditativo se ha convertido en una opción muy extendida entre la población, y por este motivo hay una gran variedad de centros y academias de idiomas. En este escenario, Consumo Responde incide en los aspectos más importantes a la hora de elegir en qué centro iniciar la formación lingüística.

Como recuerda el director general de Consumo, José Agustín González, ante todo, "debe tenerse en cuenta que en Andalucía los únicos títulos en idiomas que reconoce la Consejería de Desarrollo Educativo y Formación Profesional son aquellos que expide la Escuela Oficial de Idiomas", mientras que para las acreditaciones restantes, aunque algunas están ampliamente reconocidas, cada organismo (por ejemplo, las universidades) establece la relación de certificados de los diferentes organismos que considera equivalentes a cada uno de los niveles de competencias que establece el Marco Común Europeo de Referencia para las Lenguas. El MCER establece los diferentes requisitos para cada nivel de competencias –seis subniveles desde el A1 al C2, comprendiendo los niveles, ‘básico’, ‘independiente’ y ‘competente’ a partir de la comprensión auditiva, comprensión de lectura, interacción oral, expresión oral y escritura–.

En el caso de los centros que imparten enseñanzas no oficiales y que publicitan la obtención de titulaciones extranjeras, deben disponer de convenio con la entidad extranjera para poder expedir dicha certificación. No obstante, estos certificados emitidos por entidades extranjeras, aunque algunos gozan de amplio prestigio, en principio carecen de reconocimiento directo en España, y son reconocidos a nivel individual por cada entidad.

Sabiendo el idioma que se quiere aprender o en el que se quiere profundizar, lo más importante a la hora de elegir el centro o academia es tener claros los objetivos de la persona interesada, que puede optar por cursos extensivos, intensivos, presenciales, online, en grupos, individualizados, dirigidos a empresas, etcétera.

Una vez fijados estos objetivos, habrá que valorar aspectos como: el perfil del profesorado (experiencia, calidad, competencias profesionales, nivel de español, etc.); las instalaciones (confort, ordenadores, conexión a internet, películas, etc.); el número de alumnos y alumnas; la metodología de aprendizaje (teoría, práctica, participación del alumnado, clases de conversación); qué certificados se pueden obtener, siendo esencial que  que el título haga mención a los criterios del MCER; si se trata de un centro preparador o examinador;  o la programación (continuidad de los distintos niveles o del aprendizaje). Además, a la persona consumidora le podría interesar más un curso de idiomas online, ya que, además de ser más económicos que los presenciales, gozan de una mayor flexibilidad y están mejor adaptados a circunstancias personales.

José Agustín González resalta asimismo que la persona consumidora “tendrá que valorar el precio y comparar entre diferentes opciones, teniendo en cuenta que los desorbitadamente bajos pueden esconder una baja calidad en el aprendizaje”. Por otro lado, “se aconseja desconfiar de las academias que prometan alcanzar un determinado nivel en un número desproporcionadamente bajo de horas”, apunta el director general de Consumo.

Como persona consumidora, hay que comprobar que la publicidad ofrecida por la academia o centro tenga claridad informativa y sea veraz –sin que induzca a confusión–, y que conste el correspondiente número de registro si se trata de un centro preparador o examinador. Consumo recomienda estudiar concienzudamente el contrato que se firme, teniendo en cuenta que los precios indicados han de ser precios finales (impuestos incluidos), indicando las cantidades por matrícula y las distintas mensualidades, y pudiéndose contemplar, en su caso, la financiación. Asimismo, se aconseja elegir un centro que esté adherido al Sistema Arbitral de Consumo, y que pertenezca a alguna asociación profesional del ramo.

González considera esencial que “las familias sean conocedoras de sus derechos como personas consumidoras para, en caso de sufrir una vulneración de sus derechos, sepan que pueden acudir a Consumo Responde en búsqueda de información para proteger sus intereses”.

 

Consumo Responde

Ante cualquier duda o consulta en materia de consumo, la ciudadanía puede contactar con Consumo Responde, un servicio gratuito de información y asesoramiento a las personas consumidoras y usuarias, impulsado por la Consejería de Salud y Consumo de la Junta de Andalucía. Se trata de un servicio multicanal, al que se puede acceder de forma continuada a través del número de teléfono 900 21 50 80, de la página www.consumoresponde.es, del correo Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.; y de los perfiles de Twitter (@consumoresponde) y Facebook (www.facebook.com/consumoresponde).

También se puede recibir asesoramiento en los Servicios Provinciales de Consumo de las delegaciones territoriales de Salud y Consumo presentes en todas las capitales de provincia, así como en las Oficinas Municipales de Información al Consumidor (OMIC), y en las organizaciones de personas consumidoras y usuarias.

 


 

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