El pasado lunes 9 de mayo tres hombres de origen marroquí fueron detenidos por agentes de la Policía Nacional de Málaga acusados de haber agredido sexualmente a una mujer de nacionalidad guatemalteca en la playa de La Malagueta, de la capital malagueña.
La víctima, según informó Diario Sur, estuvo tomando unas cervezas con su pareja en un bar cercano y posteriormente se quedó sola. Un hombre se le acercó y le dio conversación en tono amistoso durante unos minutos y cuando ella expresó su intención de volver a casa, en torno a las 4:00 horas, él se ofreció a acompañarla dando un paseo por la playa. En un momento dado, y según la versión que se ha conocido, él se abalanzó sobre ella estando en estado ebria y los otros dos hombres aparecieron para consumar la supuesta violación.
Finalmente el caso ha dado un giro, y la juez titular del Juzgado de Instrucción número 5 de Málaga, que investiga los hechos, ha dejado en libertad provisional a los dos jóvenes que permanecían en prisión como sospechosos.
Un informe remitido por la Unidad de Familia de Familia y Atención a la Mujer (UFAM) de la Policía Nacional, ampliando el oficio del 11 de mayo, recogía la existencia de un testigo, amigo de la denunciante, que contactó con la Policía Local para informar de la existencia de unos mensajes y audios de WhatsApp enviados por ella en los que reconocía no haber sido consciente de sufrir una agresión sexual.
Este testigo puso su teléfono a disposición de la Policía Nacional, citando la jueza a los dos investigados reproduciendo delante de ellos los audios y en la que la denunciante negó de forma "clara y rotunda" haber sido agredida sexualmente en grupo. De hecho, la jueza sostiene en el auto que la denuncia obedecería "a la necesidad de solucionar sus problemas de residencia en España".
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