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Universidad de Cádiz

Desde que se decretó el estado de alarma, las universidades y los representantes de estudiantes hemos venido trabajando en un proceso participativo sobre cómo cerrar el curso académico actual, haciendo reuniones a nivel Ministerio, Junta de Andalucía, Agencias de Calidad, hasta llegar a la Resolución del equipo rectoral de la UCA, dando como resultado de todo un documento marco para que los departamentos y centros de la UCA puedan elaborar y aprobar las dichosas adendas. La adenda es el documento que detalla la forma de evaluación de cada asignatura, adaptándose a la modalidad no presencial.

Cada profesor responsable de su asignatura realiza una propuesta, que es visada por su departamento correspondiente y tiene que ser aprobada por las CGC –Comisión de Garantía de Calidad- de cada facultad o escuela de la UCA. Aquí empiezan los problemas, ya que nos encontramos que en algunos departamentos han existido casos conflictivos, choques entre las propuestas del profesorado y del estudiantado; casos que se han arrastrado a las propias CGC; comisiones en las que además de este tema, hemos encontrado que en algunos casos se ha enviado documentación fuera de plazo, convocatorias inválidas, e incluso algunas que no tenían nombrados ni siquiera los representantes de estudiantes tal y como están obligados por la Agencia de Calidad.

La participación de la representación estudiantil en el proceso de aprobación de las adendas ha sido impuesta por la Agencia de Calidad andaluza. Los casos en los que se han detectado el incumplimiento de esta directriz, están recogidos en los informes que cada Delegación de estudiantes ha remitido al CEUCA –Consejo de Estudiantes de la Universidad de Cádiz-, delegaciones con las que estamos coordinados en todo momento. De la información podemos extraer que tan sólo en una tercera parte de los 15 centros que hay en la UCA, este procedimiento se ha desarrollado con total normalidad y en acuerdo con los estudiantes; algo más de una tercera parte ha tenido diversas incidencias con los representantes de estudiantes a la hora de acordar las modificaciones; y en la parte más negativa, hay varios centros que entendemos que no han realizado de forma correcta el procedimiento, al no cumplir en algunos casos, la exigencia de la DEVA, como que estén nombrados representantes de estudiantes en la CGC, tener la documentación a tiempo (en algún caso se entregó una documentación ingente con menos de una hora de antelación) y/o por no entrar a consensuar con los estudiantes dicha documentación. Estos informes recopilados, serán enviados al equipo rectoral y estamos estudiando la posibilidad de enviarlos a la Agencia de Calidad para que quede constancia de que en determinados centros no se ha tenido en cuenta estas directrices marcadas por la misma.

El gran problema que nos encontramos a la hora de afrontar la evaluación de este cuatrimestre, es sin duda, que se han detectado casos en los que la docencia no se ha podido llevar a cabo por diversas razones. A petición del CEUCA, se habilitó una herramienta de carácter anónimo para canalizar las quejas sobre la docencia virtual a los centros (CAU de Incidencias Telemáticas), con la finalidad de que el estudiantado diese a conocer las distintas problemáticas que estaban observando desde finales de marzo. Las opciones de esta herramienta se pueden clasificar en incidencias de biblioteca (no se encuentra la bibliografía digitalizada), incidencias técnicas (insuficiencia de la plataforma online, no tiene acceso a internet o equipo informático), así como incidencias relacionadas con la docencia no presencial. Esta última tipología de incidencia es la que se ha detectado, que por parte de algunos centros, el estudiantado no ha recibido respuesta, siendo estas quejas ignoradas y quedando los mismos, desamparados y sin ninguna solución que permitiese una correcta realización de la docencia en el resto del cuatrimestre actual.

Con la vista puesta ya en las propias evaluaciones, nos encontramos con otro de los grandes problemas detectados: los tiempos para realizar los exámenes y la imposibilidad de repasar los mismos, sobre todo en los tipo test. Entendemos y apoyamos que los docentes deban garantizar la calidad de sus pruebas, pero consideramos que ajustar demasiado el tiempo y bloquear el moverte libremente por las preguntas (casos tipo 30 preguntas en 20 minutos y sin opción de dejar una en blanco, restando los fallos y sin poder volver atrás entre preguntas para repasar) no es la forma más adecuada para evitar irregularidades por parte del estudiantado; así como los sistemas de video vigilancia que plantean en algunos casos. Tenemos la sensación de que en algunos casos, algunos docentes están más obsesionados en evitar posibles fraudes, que en plantear alternativas que favorezcan la comprensión de sus contenidos, y no penalizar a los mismos estudiantes que se están enfrentando a un escenario de evaluación dónde influyen negativamente mil factores, como puede ser la falta de recursos, el compartir vivienda e incluso habitación con más personas, situaciones familiares precarias, económicamente hablando, atender a familiares enfermos y/o dependientes, y un sin fin de etcéteras, que pueden estar afectando al rendimiento académico de cada estudiante; y en definitiva, que no se puede exigir como si estuviéramos en un contexto presencial, dado que los mismos docentes no han desarrollado sus contenidos de la misma manera tampoco, por motivos idénticos.

En este punto tenemos la obligación de resaltar y agradecer al profesorado que sí está cumpliendo con su docencia y ajustando sus evaluaciones al nuevo contexto, entendiendo que es así en la mayoría de los casos. Agradecemos a esos docentes que, aun con las adendas aprobadas, siguen negociando con sus estudiantes, con el único fin de mejorar las condiciones y no perjudicar al estudiantado. Nuestra máxima gratitud con ellos.

Igualmente es importante dejar claro que no apoyamos ni el aprobado general ni que nos regalen más puntos en las calificaciones. También expresamos nuestro rechazo a prácticas delictivas y desleales, como amenazas de carácter cibernético. Entendemos que no son las formas de reivindicar y que sobre todo, si queremos exigir responsabilidades, debemos ser responsables.

Otro de los puntos que han aparecido en algunos medios de prensa y en redes sociales, es en relación a un change.org que han realizado compañeros de la Facultad de Ciencias, para solicitar que no se perdiera su derecho a evaluarse de toda la materia de sus asignaturas en la convocatoria de junio, petición en dicha plataforma con la que el Decano de dicha Facultad no está de acuerdo, y ha procedido a intentar hablar con los firmantes para que retirasen la firma de dicha petición, por lo que hay estudiantes que nos han enviado una queja por escrito, adjuntando las pruebas que han estimado oportunas, ante esta situación, en la que consideran que se vulneran sus derechos de protección de datos y de libertad de expresión. Igualmente, han manifestado que se han sentido acosados por esta actitud. Como órgano de representación estudiantil hemos dado traslado de dichas quejas de manera oficial al Rector, a Defensoría Universitaria, a la Delegación de Protección de Datos de la UCA y al Presidente de la Comisión de Seguridad y Salud, para que procedan según los procedimientos establecidos de forma interna.

 


 

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