El teatro infantil de La Pera Llimonera llega hoy a Cádiz

La Pera Llimonera

Este viernes 1 de febrero a las 19:00 horas el Teatro del Títere La Tía Norica de Cádiz acogerá el espectáculo 'Lágrimas de cocodrilo de la compañía teatral La Pera Llimonera, una obra de teatro recomendada a partir de 4 años, y que fue candidata a los XXI Premios Max de las Artes Escénicas.

 

Sobre la obra

Un silencio de sueño invade el aula de los “cocodrilos”, los más pequeños de una escuela infantil. El electricista trata de reponer una bombilla, cuando alguien llora en la oscuridad... ¡Demasiado tarde!  La historia no ha hecho más que empezar. ¿Conseguirá que se vuelvan a dormir?

Llantos, risas y sorpresas están asegurados en esta auténtica odisea cotidiana.

Siguiendo con el humor y la comicidad que nos caracteriza como compañía, con 'Lágrimas de cocodrilo' abrimos una nueva etapa en nuestro trabajo de creación teatral para niños y niñas. Fruto de la observación directa y la búsqueda personal, nos acercamos de una manera divertida a la Escuela infantil, nos hacemos pequeños para rememorar y revivir nuestro primer contacto con la escuela y compartir las emociones, dificultades y satisfacciones de maestras y educadoras que dedican su trabajo a esta etapa tan importante de nuestra vida, la primera infancia.

Un nuevo reto con una puesta en escena en solitario en la que el gesto y la manipulación de objetos, sin renunciar del todo a la palabra, cobran un protagonismo que no habían tenido en nuestros espectáculos anteriores.

'Lágrimas de cocodrilo' son las peripecias de un electricista que, por error, entra en la sala dormitorio de los bebés de una Escuela infantil y se ve en la obligación de hacerles dormir antes de salir. Se trata de un viaje en el que apenas comenzar ya no encuentra la salida, pero al final le servirá, eso sí, para redescubrir todo un mundo afectivo, sensorial y lleno de emociones que creía olvidado.

Sinopsis

Oscuridad, un silencio de sueño invade la habitación de una Escuela infantil donde los más pequeños, los bebés, duermen la siesta. ¿Cuántos hay? No lo sabemos, pero seguro que unos cuantos. ¡Hay siete!!! Ahora bien, de momento, todos duermen.

Se abre la puerta y alguien entra. ¿Quién será? La Señorita? No… Es un electricista que viene a reponer una bombilla de una lámpara que se ha fundido. Le suena el teléfono. Ah, su compañero le espera para el almuerzo…

Bah, unos minutos y estará con él. Cambia la bombilla, pero al encender la luz para comprobar que ya funciona, se da cuenta de donde está realmente. Ahora sí, sin hacer ruido intentará retroceder, salir despacio, cerrar la puerta y que ninguno se despierte. Pero ya es demasiado tarde. Alguno empieza a llorar, su llanto despierta a otro y a otro y otro… ¿Qué ha de hacer? ¿Largarse?... No se atreve, no puede dejarlos así llorando. Suena el teléfono de nuevo, con los nervios provocados por la situación, se le cae de las manos y lo pierde en la oscuridad. Parece que ahora ya lloran todos.

Tras unos momentos de pánico y de total desconcierto, consigue restablecer la calma poco a poco: los mecerá, acariciará y los tranquilizará, descubriendo estrategias y aptitudes frente a los más pequeños que ni él mismo había imaginado poseer. Los llantos se convertirán en risas. Removerá las cunas de aquí para allá como si fueran coches a gran velocidad, atravesando túneles bajo las altas montañas y se esconderá de los fantasmas que tratan de asustarles. Bailará el Vals, cantará a la luna y soñarán que biberones y pañales flotan por el espacio. Explicará historias de cocodrilos que babean, de hermanos mayores… Volverá a jugar y reencontrará el niño que llevaba adentro y que le permitirá sentirse muy próximo a estos seres que creía tan distantes.


El niño

Durante La Mostra, el festival de teatro infantil y juvenil de Igualada, fui a ver una obra que se representaba en el teatro La Aurora, se trata de un espacio pequeño donde en cuanto giras la cabeza tienes controladas todas las localidades. Iba a empezar “Lágrimas de cocodrilo”, un estreno de la compañía La Pera Llimonera.

Antes de empezar el espectáculo, un niño de unos cinco años estaba sentado medio tumbado en la butaca. Cuando se apagaron las luces, el pequeño se había incorporado y miraba atentamente el escenario con unos ojos como platos. Estaba muy atento, su cuerpo ya no tocaba el respaldo del asiento, sino que estaba sentada en la media butaca. Los ojos como platos, la espalda inclinada hacia delante y la cabeza bien alta para no perderse absolutamente nada del espectáculo, estaba boquiabierto. Y aún faltaba lo mejor.

Cuando sólo hacía veinte minutos que había empezado la obra, el trasero del niño estaba ya tan en la punta de la silla que por un momento pensé que se iba a caer, porque era tan pequeño que sus pies no tocaban al suelo. La espalda seguía inclinada y la cabeza bien levantada. Los ojos no habían siquiera pestañeado, pero una cosa había cambiado. La boca. Ya no era completamente redonda sino que en la comisura de los labios se empezaba a dibujar una sonrisa. Ésta era amplia, sincera, abierta de par en par, se podían ver todos los dientes; se trataba de una sonrisa alegre y divertida. El pequeño se mantuvo así durante el resto del espectáculo.

Sobre La Pera Llimonera

La Compañía de Teatro “La Pera Llimonera” nació en el año 1993 de la mano de Pere Romagosa y Pere Casanovas. Ambos estudiaron juntos en la Escuela de teatro “El Timbal”, y en el “Col·legi de Teatre” de Barcelona, y trabajado en las compañías “El Llamp”, “The Village Idiots” (Juegos Olímpicos - Barcelona’92) y en diversas colaboraciones con “LA CUBANA”.A principios del 2016 Sergi Casanovas se incorpora como nuevo actor de la Compañía , después de estudiar en el “Col·legi del Teatre” y en “ l’Escola de Clowns” de Merche Ochoa.

Desde su creación hasta ahora, la Compañía ha realizado más de 2000 representaciones por toda España y Andorra.

 


 

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