Los Pipiolos / Juan Manuel Estudillo

Emprendedores, jóvenes y combativos son tres de los caracteres que definen al establecimiento Los Pipiolos, una hamburguesería-tapería situada en la plaza del Mentidero de la ciudad de Cádiz, uno de los locales que ha resistido a la crisis económica que ha supuesto el Covid-19. Desde que Alberto y Günter iniciaron esta aventura hostelera en el año 2018 han apostado por darle más vida al barrio y reunir entre sus clientes desde a adultos hasta sectores más jóvenes, aunando en la importancia de la convivencia vecinal.

Han abierto las puertas de su local desde la fase 1 del estado de alarma y están adaptándose a la nueva normalidad mediante las medidas de seguridad obligatorias y siguiéndolas a raja tabla. Aunque para tablas ya están las de degustación que estos trabajadores ofrecen, tales como el solomillo frito rebosado de pan cereal con salsa barbacoa al whisky o las clásicas patatas fritas con bacon y salsa yogurth.

Conocidos por su gran variedad de hamburguesas tales como la Matona o la Bizantina, entre otras, Los Pipiolos ofrecen numerosas alternativas en tapas calientes, pollo frito, pescaíto frito, sandwiches varios, algunas tapas frías como los chicharrones en loncha o también diferentes ensaladas.

El local ha permanecido cerrado durante dos meses habiendo sufrido el estancamiento total de los ingresos. “Las ayudas recibidas en la hostelería no han sido suficientes para levantar los negocios” pues Alberto nos comenta que los seguros sociales del establecimiento se han seguido pagando durante marzo, abril y mayo y esperan que “nos lo puedan devolver tarde o temprano”. Aún así, Los Pipiolos han podido acogerse a la subvención del Gobierno hacia los autónomos y el respaldo de los ERTES ocasionados.

Los Pipiolos / Juan Manuel Estudillo

Con pérdidas en los ingresos situadas en el cien por cien, los avales bancarios no son la solución al problema, pues como Alberto declara “no es lógico pedir un crédito y que lo tengas que devolver en tres meses”, después de haber tenido el negocio cerrado durante la última mitad de marzo, abril y la primera mitad de mayo.

En cuanto al alquiler del establecimiento, la tapería gaditana ha logrado establecer un acuerdo con el dueño que ha permitido sobrellevar la situación de la mejor forma posible. Además, tras las noticias que en el mes de febrero se conocían de China o más tarde cuando Italia paró el país, los socios fueron previsores al imaginarse que la situación venidera sería delicada y fueron bastante cautos con los pedidos a proveedores.

Se levanta un cliente y el camarero acude a limpiar la mesa, los brazos de la silla y la propia silla. Los trabajadores llevan puestas sus mascarillas en todo momento y la desinfección del local es una constante. Tanto en la entrada del bar, como en el baño, hay gel hidroalcohólico para los clientes. Esta es la mecánica a seguir actualmente en Los Pipiolos.

Durante la pasada fase 1, y en la actual fase 2, la terraza cuenta con la mitad de su aforo permitido y el distanciamiento de seguridad entre las mesas es de dos metros, aunque esperan que el Ayuntamiento pueda ofrecer ampliaciones en las terrazas, pues en el interior del local todavía no pueden ofrecer servicios debido a las dimensiones de este.

Alberto declara que al mismo tiempo que se han arriesgado a reabrir el negocio, han podido obtener beneficios: “nosotros hemos abierto con todas las medidas de seguridad y con la idea bien estructurada y como la mayoría de negocios estaban cerrados todavía, hemos podido acaparar a un gran número de clientes”. Con la llegada del mes de junio habrá una mayor competencia entre los locales, pero es algo que los trabajadores valoran positivamente “para seguir dándole vida al barrio del Mentidero y beneficiar a los trabajadores de la zona”.

Una de las soluciones que han tomado en los últimos días ha sido establecer el servicio a domicilio, pues ya llevaban tiempo queriendo aplicar este tipo de alternativas, suponiéndoles una mejoría en la rentabilidad del negocio y un mayor reconocimiento popular.

Los Pipiolos / Juan Manuel Estudillo

Desde que llegaron al barrio del Mentidero, los Pipiolos se propusieron colaborar culturalmente con el barrio y en colaboración de los demás comerciantes, apostando por ciclos de música: “Queremos darle más atractivo a la plaza, descongestionar el centro de Cádiz. Una de las premisas fundamentales que nos marcamos es que desde las instituciones como Ayuntamiento o UCA se puedan ofrecer más eventos para favorecer a la cultura y a los negocios del barrio”.

De cara a la temporada veraniega, Los Pipiolos esperan poder seguir progresando en el negocio, seguir levantando expectación entre los clientes habituales, llamar la atención de aquellos nuevos que quieran probar la carta que ofrecen y que la felicidad y la armonía protagonicen la esencia en el barrio del Mentidero.

 


 

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