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Las enfermedades no distinguen entre famosos o no, pero lo que sí hace es gracias a los famosos darles una mayor visibilidad. Así ha habido procesos que eran tabú, enfermedades que producían el rechazo de la sociedad y los famosos que la padecieron lograron ese "acercamiento". Gracias a su posición de fama tienen, no cabe duda, privilegios tanto a nivel económico como de trato personal por la cobertura de medios informativos que llevan acompañados. Quizás los casos más sonados son el del rey emérito y los últimos de Iker Casillas y su pareja Sara Carbonero. Igualmente sus palabras, comentarios y tratamientos influyen en la sociedad para bien, o en muchos casos, para mal. Ahí ven las empresas que venden determinados productos milagrosos un filón para introducir sus mal llamadas panaceas.

Una de las enfermedades que montó más revuelo fue el VIH - SIDA durante los años 80 y 90. Ocasionó un miedo atroz entre la sociedad por la alta mortalidad y porque no se sabía muy bien como se transmitía la enfermedad (recuerden el famoso anuncio de Sí-da y No-da). Ahí apareció el gran Freddie Mercury que acabó falleciendo en 1991 por una neumonía asociada al SIDA después de comunicar que era seropositivo. El efecto dominó fue inmediato y Earvin Magic Johnson (jugador de baloncesto) anunciaba que padecía también la enfermedad, algunos compañeros hasta entonces, se negaron a jugar con él. Ese año fue elegido para el All-Star de la NBA y recibió el MVP del partido de las estrellas. Sin duda una mente privilegiada y fría como el hielo.

Estos dos genios de la música y el deporte a los que admiro, dieron publicidad a la famosa epidemia de esa época. Pero sin duda quien le dio mayor visibilidad fue Rock Hudson. El galán de los años 50 y 60 fue una de las primeras personalidades públicas fallecido por sida. Era octubre de 1985 y apenas tenía 59 años. Habían pasado sólo cuatro años desde la descripción de los primeros casos de la enfermedad en Los Ángeles y San Francisco, y tres años desde su bautizo con el nombre de sida. La muerte de Hudson produjo gran conmoción social, entre otros motivos porque se desconocía su homosexualidad. En la década de 1980 el miedo al VIH era descomunal, ya que su forma de contagio no era del todo clara, por lo que cundió el pánico entre algunos de sus últimos compañeros de reparto. El 30 de julio de 1985 Hudson declaró en público que padecía sida. El fallecimiento de Rock Hudson a causa del sida resultó crucial para la toma de conciencia sobre la enfermedad. Burt Lancaster, uno de los pocos amigos que le quedaban, leyó sus últimas palabras en Hollywood. El 19 de septiembre de 1985, en una cena para 2.500 personas en el Hotel Century Plaza, Lancaster pronunció ante un salón silencioso el texto de Hudson: "No estoy contento de estar enfermo; no estoy contento de tener sida, pero si eso ayuda a otros, puedo al menos, saber que mi propia desgracia ha tenido un valor positivo".

Además del VIH-SIDA otras enfermedades han adquirido publicidad por sus enfermos. Caso de Rocío Jurado diagnosticada de cáncer de páncreas en el año 2004, acusada de desprestigiar a la sanidad española, acudió al hospital MD Anderson de Houston. Un centro especializado en oncología donde se operó, pero en el que sufrió una reacción alérgica que le obligó a estar internada más tiempo del habitual. Finalmente falleció al poco tiempo de enterarse que le otorgaban la Medalla de Oro al Mérito en el Trabajo. 

Igual enfermedad padeció en el 2003 Steve Jobs fundador de Apple. Decidió rechazar la terapia médica y se dedicó a una dieta especial para superar la enfermedad. Probablemente esta decisión hizo que el cáncer mostrara más temprano su potencial agresividad pero dejó frases para la historia: durante los últimos 33 años, cada mañana me he mirado en el espejo y me he preguntado: si hoy fuese el último día de mi vida, ¿querría hacer lo que voy a hacer hoy? Y si la respuesta era `No´ durante demasiados días seguidos, sabía que necesitaba cambiar algo. Recordar que voy a morir pronto es la herramienta más importante que haya encontrado para ayudarme a tomar las grandes decisiones de mi vida”. Y continuó con una gran afirmación: Vuestro tiempo es limitado, así que no lo gastéis viviendo la vida de otro”. Falleció el 5 de octubre de 2011.

Un último caso que me viene a la memoria es el ex-ciclista Lance Amstrong, utilizó su enfermedad para hacerse la víctima y dar mayor magnitud y repercusión a lo que lograba. En la cúspide de la cima y dejando en un segundo plano al mismísimo Miguel Induráin, es diagnosticado de un tumor testicular con metástasis cerebrales y pulmonares. Tras cirugía y tratamiento con quimioterapia, reaparecía dos años más tarde del diagnóstico de su enfermedad ganando hasta siete Tours de Francia y un tercer puesto años posteriores a esas victorias. Cuatro años después era desposeído de sus títulos al confirmarse el dopaje y el propio Amstrong confesó que se había dopado en los 7 Tours, por lo que el Comité Olímpico Internacional le desposeyó de la medalla de bronce en la prueba en ruta, en favor del español Abraham Olano.

Sin duda la medicina necesita visibilidad sobretodo en las enfermedades raras, concienciación e información para evitar el rechazo de los enfermos. Por lo menos algo ha evolucionado y ya no es como antes que muchos de los que hemos citado habrían terminado muriendo en la soledad.

Dr. Fernando Arévalo Rosado
Médico de Atención Primaria
N°colegiado 111108133

 


 

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