En el Ayuntamiento de Cádiz ya aparecen reflejadas en las áreas de gobierno y delegaciones de competencias de los nuevos alcaldes y alcaldesas.
Aunque ya existían en aquellos municipios de España más punteros y vanguardistas en materia de protección animal como Barcelona, Valencia, Santiago de Compostela o Alicante, ahora en el consistorio gaditano empiezan a dar otra perspectiva a la gestión de nuestra relación con los animales con los que se convive en cada ciudad.
El hecho sólo de que cambien la denominación de su concejalía con competencias en materia de protección animal ya es significativo, dado que en muchos casos los animales todavía eran catalogados dentro de las aéreas de Salud pública como residuos sólidos urbanos, lo que supone un gran avance conceptual, una declaración de intenciones y una proclamación pública de que ese Ayuntamiento sí escucha las peticiones de la ciudadanía y que tiene realmente la voluntad política de proteger y respetar los derechos de los animales.
De hecho, muchos de los Ayuntamientos que ya cambiaron el nombre de la Concejalías a las de Protección Animal o Bienestar Animal, empezaron también a aplicar el sacrificio cero; a ampliar el número de esterilizaciones de gatos callejeros, a crear unidades de Policía Local especializadas y a formar a sus agentes; se han realizado numerosas campañas de concienciación en materia de protección animal; se ha trabajado en colaboración plena con las protectoras de animales de sus respectivos municipios y siguen trabajando día a día en mejorar la situación de los animales.
Cambiar el nombre de la concejalía no tiene coste alguno para los Ayuntamientos y sin embargo significa dar un importante paso conceptual y simbólico en la relación de esta administración local en relación a su consideración y trato a los animales que cohabitan con nosotros en los municipios.
Aunque ahora toca a cada uno de esos consistorios no quedarse sólo en el cambio de rótulo de la concejalías, sino empezar a defender verdaderamente a los animales del maltrato en nuestras fiestas populares; a invertir en campañas específicas de control respetuosas con la vida de los animales; a formar a voluntariado; a realizar programas educativos en centros escolares; a invertir para convertir los Zoosanitarios en Centros de Protección y Bienestar Animal; a favorecer la creación de Observatorios locales y la constitución de Consejos específicos de Protección y Bienestar Animal.
Consideramos desde PACMA CADIZ que si avanzan en esa senda, el cambio de nombre no habrá sido sólo una maniobra de maquillaje político.
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