Antes de construirse el Monumento de Torcuato Cayón, debido al deterioro de los monumentos anteriores, se utilizó como tal durante cierto período de tiempo en la Catedral Vieja la Custodia de plata del Corpus. Según la documentación consultada, las esculturas de los antiguos monumentos debieron dispersarse al caer en desuso; en este sentido diremos que los Ángeles de la Roldana (que al parecer eran doce) los donó el cabildo catedral a las Clarisas de Alcalá de los Gazules. Curiosamente, en 1780 el cabildo trata de recuperar los Ángeles (para el Monumento de Cayón), consiguiéndolo a cambio de entregar a las religiosas un donativo de 1350 reales. En total las Clarisas devolvieron doce Ángeles, tal como consta documentalmente, aunque solamente hemos conocido ocho de la escultora. Respecto a las demás esculturas que se encargaron a la Roldana en 1686, como Virtudes o Profetas, ignoramos su paradero y no debemos confundir con los Profetas actuales de Laboria.

En la distribución de las esculturas en el Monumento, los Ángeles de la Roldana se situaban en la balaustrada que lo circundaba junto a la escalera de acceso al tabernáculo. En la base del primer cuerpo en los intercolumnios, sobre pedestales cilíndricos, iban colocados los cuatro Ángeles de Juan García de Santiago (o de Francisco Cavallero?). En la base del segundo cuerpo, alineados con las ocho columnas del primero, los ocho Profetas de Laboria. En los ángulos del remate del segundo cuerpo, a cada lado de los frontones curvos, aparecían los cuatro Ángeles sedentes de Giscardi. Finalmente, remataba el conjunto a gran altura la estatua de la Fe, de Giscardi también.

Los precedentes inmediatos de los Ángeles pasionistas de Luisa Roldán los tenemos en grabados flamencos y en los del Ponte di Sant´Angelo de Roma, realizados en el siglo XVII por Bernini y sus seguidores en mármol de Carrara. Son esculturas de tamaño mayor que el natural, que portan en sus manos diversos atributos de la Pasión: la santa faz, flagelos, la columna, corona de espinas, túnica, martillo, clavos, esponja, lanza, el INRI, tenazas y escaleras. Se hallan situados en sendos pedestales en el puente, en esa vía sacra o dolorosa de acceso al castillo.

Pedro Roldán y taller: Ángeles (Parroquia del Sagrario de Sevilla y Hermandad de las Necesidades de Cabra, respectivamente) / José Miguel Sánchez Peña

No obstante, los Ángeles mancebos que realiza y difunde con gran éxito Luisa Roldán, provienen de los modelos que crea su padre, el escultor Pedro Roldán. Destacamos como precedentes inmediatos, entre otros, los dos Ángeles pasionistas de tamaño natural, espléndidos, del antiguo retablo de los Vizcaínos hoy en la parroquia del Sagrario de la Catedral de Sevilla, que escoltan al “Descendimiento de Cristo”, obra maestra del barroco. Fue un gran acierto que los pudiésemos ver de cerca en la muestra de “Andalucía Barroca” (2008), comisariada por el profesor Pleguezuelo, en el antiguo Hospital Real de Granada.

Del estilo de los Ángeles de Cádiz son los documentados como obras de Pedro Roldán (1682 ca.), que contrata la Cofradía sevillana de Montserrat conjuntamente con un paso procesional; siendo más que posible la participación en estas hechuras de su hija Luisa. Hoy los posee la Hermandad de las Necesidades de Cabra (Córdoba), que los adquirió en 1944 junto al paso procesional, a la Hermandad de Montserrat y fueron identificados por la Dra. Susan Verdi Webster (Universidad de Texas, en Austin). Presentan movidas líneas e indumentarias agitadas por el viento, llevando en sus manos atributos de la pasión, aunque han llegado hasta nuestros días sin las policromías originales.

Sin embargo los primeros en aparecer cronológicamente son los cuatro de la Hdad. de la Exaltación (Sevilla), policromados, que actualmente figuran en las esquinas del paso de Misterio de la corporación del Jueves Santo, realizados en 1678. Portan atributos de la pasión, presentan rica y prolija policromía con estofados en túnicas y alas y son obras muy divulgadas y conocidas de la escultora. Advertimos que el paso y el grupo escultórico, a excepción del Cristo y los caballos, todo ello fue contratado por su marido Luis Antonio de los Arcos y Cristóbal de Guadix, aunque se da por hecho que la escultora participase plenamente aunque no figure en el contrato notarial, por motivos  de sobra ya conocidos.

Luisa Roldán: Ángeles (Monumento y Hermandad de la Exaltación, respectivamente) / José Miguel Sánchez Peña

Realizados en madera de cedro, todos repiten detalles e indumentarias afines: mangas remangadas, túnicas ceñidas a la cintura, faldas con aberturas y corpiños. Las alas son un elemento que la escultora repite, especialmente en sus barros,  y que es un detalle identificativo, como si fuese una firma.

Los ocho Ángeles del Monumento de Cádiz (1686), cuatro estantes (86 cms.) y cuatro sedentes (76 cms.), se conforman en cuatro parejas. Curiosamente, los dos “estantes” que se exponen en sendas hornacinas en la portada de la Capilla de las Reliquias de la catedral no forman pareja, sino que cada uno forma conjunto con los de la pareja desaparecida y felizmente recuperada.

Presentan grandes analogías con los de la Exaltación; se hallan tallados en madera de pino, algo extraño cuando en la mayoría de sus obras la escultora utiliza el cedro. Las indumentarias de los ocho siguen los caracteres de los citados de la Exaltación, y sobre todo de los realizados por su padre en la parroquia del Sagrario de Sevilla. Entre otros detalles formales que se repiten, también utilizados por la escultora en los Patronos de Cádiz, calzan coturnos, con las características máscaras o carátulas a mitad de la pierna. Seguramente estarían policromados en sus orígenes, pero en las distintas adaptaciones en un periplo tan accidentado han llegado hasta nosotros pintados de blanco.

Muy cercanos a los Ángeles de Cádiz son los dos que posee la Hdad. de la Quinta Angustia (Sevilla), que escoltaron durante años al Cristo del Calvario en su paso; recordemos que ambas corporaciones residen en el templo de la Magdalena. Sus cabezas nos remiten a las de San Servando y San German de la catedral, con las que guardan estrechas similitudes.

Luisa Roldán: Ángeles (Monumento y Hdad. de la Quinta Angustia, respectivamente) / José Miguel Sánchez Peña

Como vemos, los Ángeles de Luisa Roldán del Monumento han tenido una vida muy azarosa, y esperemos que al cabo de los siglos se consoliden, se valoren, se expongan y se admiren, como no podía ser de otra manera, y como se  merecen unas obras de arte de este calibre.

 

Bibliografía

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Hormigo Sánchez, Enrique y Sánchez Peña, José Miguel: Documentos para la Historia del Arte en Cádiz. Tomo I, Cádiz, 2007.

Intervenciones de Conservación y Restauración. Bienes Muebles. Andalucía Barroca (Junta de Andalucía). Porres Benavides, Jesús y Sánchez Peña, José Miguel. Sevilla. 2010. P. 255.

Mata, Justo. “La Junta critica que el Ayuntamiento no le comunicara el estado del altar del parque”. Cádiz Información. 26 de Enero 1996. Pg. 11.

Orgambides, Francisco: “Calle de la Bomba”. Diario de Cádiz. Domingo, 5 Abril 2009. P. 15.

Rodríguez Tenorio, Ana. “Encuentran piezas de un altar en los antiguos cuarteles del Parque”. Diario de Cádiz. Jueves, 25 de Enero de 1996. Pg. 28.

Sánchez Peña, José Miguel. Escultura Genovesa (Artífices del Setecientos en Cádiz). Cádiz. 2006

Verdi Webster, Susan. “El antiguo Paso de la Hermandad de Montserrat”, en Boletín de las Cofradías de Sevilla. Nº 382, Julio 1991. Pp. 25-29



José Miguel Sánchez Peña

Conservador Restaurador emérito del Museo de Cádiz

 


 

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