Concentración de la APDHA

Esta mañana la delegación de Cádiz de la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía (APDHA) ha realizado una concentración simbólica ante la Subdelegación del Gobierno de Cádiz, frente a las Puertas de Tierra, en memoria por la muerte de las dos mujeres porteadoras en la frontera de Ceuta, haciendo lectura la entidad del siguiente manifiesto:

MANIFIESTO MUERTE PORTEADORAS 15 ENERO 2018

El lunes fallecieron a 150 kilómetros dos mujeres. Dos mujeres que esperaban desde la madrugada poder trabajar para llevar un sustento a sus familias. Dos mujeres que, como otras miles, se levantan de madrugada para dejar realizadas las labores domésticas y de cuidado.

Dos mujeres que han fallecido por la ineficacia y la desidia del gobierno del estado español y del gobierno marroquí en la gestión de la frontera.

Estas dos mujeres forman parte de las conocidas como porteadoras. Trabajadoras transfronterizas marroquíes que cruzan la frontera de Marruecos con Ceuta a diario, portando un bulto a sus espaldas de entre 50 y 70 kilos por unos 15 euros.

El trabajo de estas mujeres es una actividad alegal, conocida como comercio atípico en Ceuta y como contrabando en la parte marroquí.

Un trabajo no reconocido, que se invisibiliza, y que sin embargo reporta más de 400 millones de euros a la ciudad autónoma de Ceuta, provocando que las multinacionales sumen cuantiosos beneficios económicos ya que, usando a estas mujeres para exportar esta mercancía, ahorran impuestos porque no existe aduana comercial entre Ceuta y Marruecos. Un contrabando que deja cuantiosas cantidades de dinero a Marruecos y a la policía marroquí en forma de sobornos y de las cuales, las porteadoras, son el eslabón más débil.

La pésima gestión en el paso fronterizo de El Tarajal II desde que se inaugurara el pasado mes de febrero de 2017 y la desidia y pasividad por parte de ambos gobiernos han hecho que en año 2017 perdieran la vida en condiciones similares 5 mujeres: Rmili Karima de 34 años, Bakali Touria de 45, Soad El Jatabi de 24, Batul El Hichu de 40 y otra mujer cuyo nombre no ha trascendido a los medios de 52 años. Todas estas mujeres tenían hijos y/o personas dependientes bajo su responsabilidad.

La única gestión conocida por los gobiernos ha sido abrir y cerrar arbitrariamente el paso fronterizo y limitar el acceso sólo a un número determinado de personas con las consecuencias que ello conlleva:

Incertidumbre y desesperación en un clima de tensión que provoca avalanchas: que se suceden en el lado marroquí por el prolongado cierre de la frontera por la parte ceutí, como en las pasadas navidades, provocando que miles de personas se agolpen para garantizar que van a poder trabajar ese día.

Tratos denigrantes: agresiones por parte de los cuerpos y fuerzas de seguridad del estado español y la gendarmería marroquí, que junto a los abusos forman parte del día a día de estas mujeres.

Las condiciones en las que ejercen su trabajo: largas esperas en la arena de la playa de día o de noche para poder subir a por el fardo al polígono de la parte ceutí, a altas o muy bajas temperaturas, sin sombra, sin agua y sin baños públicos y tener que esperar, con el bulto cargado en la espalda, a que autoricen el paso al lado marroquí, provocando desmayos, lipotimias e incluso asfixia.

A finales de 2016 pusimos en marcha una campaña de incidencia política llamada La Injusticia a la Espalda con el objetivo de visibilizar la vulneración de los derechos de las porteadoras y la propuesta de una serie de medidas para la mejora de sus condiciones laborales, basadas en una labor de investigación desde y en las demandas de las propias porteadoras.

Son numerosas las ocasiones en las que hemos alertado, solicitado e instado a que se reconozca su trabajo, se ejecuten medidas y soluciones ante situaciones alarmantes como las avalanchas y las agresiones y las condiciones en las que las mujeres porteadoras ejercen su trabajo, para justamente evitar el motivo por el que estamos aquí concentradas esta mañana.

Pero cuando ya habíamos convocado este acto simbólico conocemos que también el lunes apareció una patera con siete cadáveres en Lanzarote, entre ellos varios menores. Parecen dos situaciones sin conexión, pero en realidad si la hay. Es una gestión de las fronteras que las han convertido en un espacio de impunidad y en un pozo sin fondo de violación de derechos humanos

Desde la APDHA no vamos a cejar en el empeño en denunciar la responsabilidad de los gobiernos de España y de Marruecos en estas violaciones de derechos humanos y en todas estas muertes.

Ni vamos a dejar de intentar que se conozca y se visibiliza la sistemática violación de los derechos de las mujeres porteadoras, que es una cuestión del color de piel, de donde vienen, de que son pobres y sobre todo que son mujeres. Ellas lo único que demandan es “poder ejercer su trabajo con dignidad”.

 


 

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