La Catedral de Cádiz acogerá mañana, jueves 13 de marzo, una ceremonia en memoria de Monseñor Carlos Cuarteroni, prefecto apostólico en las islas de Labuán y Borneo, en conmemoración del 145 aniversario de su fallecimiento. La misa, programada para las 20:00 horas, será presidida por el canónigo doctoral Guillermo Domínguez Leonsegui y reunirá a familiares y fieles que desean rendir homenaje a su figura.

Tras la eucaristía, se llevará a cabo un responso y una ofrenda floral en la cripta de la Catedral, donde reposan los restos de Cuarteroni. El acto pretende recordar la vida y obra de este gaditano, quien dedicó su existencia a la lucha por la liberación de cautivos y la evangelización en Asia.

Como parte de esta conmemoración, hoy miércoles 12 de marzo, el salón de actos del Colegio de las Esclavas acogerá a las 19:00 horas una conferencia impartida por Gonzalo Crespo Grosso bajo el título 'Don Carlos Cuarteroni Fernández, 145 aniversario. Una vida contracorriente. El pecado gaditano'.

Carlos Cuarteroni nació en Cádiz en septiembre de 1816 en el seno de una familia de ascendencia italiana. Desde joven, su vida estuvo vinculada al mar y a los 13 años realizó su primer viaje a Filipinas como agregado de piloto, obteniendo más tarde el título de ‘piloto de todos los mares’. Al mando del bergantín ‘Cántabro’, navegó por distintos puertos de Asia, donde fue testigo de la esclavitud a la que eran sometidos numerosos filipinos por los piratas moro-malayos.

Conmovido por esta realidad, Cuarteroni decidió cambiar de rumbo y se unió a la Orden Trinitaria, consagrándose a la liberación de cautivos. Al mando de su goleta, rescataba esclavos en los puertos más peligrosos, costeando su rescate y facilitando su regreso a Filipinas.

En 1849, el papa Pío IX lo ordenó sacerdote dentro de la Congregación de Propaganda Fide. Cuarteroni propuso el establecimiento de nuevas misiones católicas en Labuán y el noroeste de Borneo, proyecto que obtuvo el permiso del sultán de Brunei y del gobernador inglés de Labuán. Así fundó la misión de Nuestra Señora de Belén, destinada a proteger a los filipinos esclavizados y a la evangelización de la región.

Su labor enfrentó dificultades debido a la expansión inglesa en la zona, lo que generó tensiones y obstáculos en su misión. Buscó apoyo de las autoridades españolas, incluyendo a la reina Isabel II. Su sucesor, Amadeo de Saboya, le otorgó una subvención, aunque no consiguió que los filipinos esclavizados fueran reconocidos como súbditos españoles.

En 1880, agotado y sin recursos, regresó a Cádiz, donde falleció poco después. Sin embargo, su vida de aventuras y su lucha contra la esclavitud trascendieron en la historia. Su entrega y su legado sirvieron de inspiración para el escritor italiano Emilio Salgari, quien tomó su historia como base para la creación del personaje de Sandokán, el mítico 'Tigre de la Malasia'.

La figura de Cuarteroni, un gaditano que desafió a los piratas moro-malayos, recorrió mares peligrosos y luchó por la libertad de los esclavizados en Asia, será recordada en la ceremonia de mañana como testimonio de su valentía y determinación.

 


 

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