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Barrio de Astilleros de Cádiz / Trekant Media

'Los resistentes' es el mote con el que los vecinos han apodado a los dueños de los negocios que aún sobreviven abiertos en el barrio de Astilleros de Cádiz. Una zona que estaba llamada a ser uno de los pulmones comerciales de la capital gaditana con la apertura del segundo puente, el Centro Comercial El Corte Inglés y la llegada de la Casa de las Artes, y que ha visto como en las últimas fechas, por diversas circunstancias, el número de locales comerciales abiertos ha ido disminuyendo preocupantemente.

Hace cuatro meses todo eran alegrías cuando el local que ocupaba el antiguo y recordado 'Di que sí' volvía a abrir las puertas bajo el nombre de 'La Factoría Tapas & Bar', en la calle Emilio Castelar, que ofrecía una carta con productos elaborados y de calidad a precios muy competitivos, diferenciándose de todos los negocios de hostelería de la zona.

A pesar de que los inicios fueron bastante buenos, los dueños de 'La Factoría Tapas & Bar' decidieron echar el cierre al restaurante a los tres meses de abrir. Las losas que arrastraban de sus antiguos negocios unida a la situación actual del barrio, con escaso movimiento comercial, precipitó su cierre.

Posteriormente era la Cafetería-Heladería Mascarpone, en el Paseo Príncipe de Asturias nº 6, la que ponía fin a su etapa en el barrio de Astilleros, cerrando el negocio después de más de 5 años. Una cafetería que siempre tenía clientes, pero que entre pagos al personal y cuotas de alquiler se había convertido en un negocio inviable.

Y más recientemente, uno de los bares que más solera tenía en la zona, el Mesón El Duende, también ubicado en la calle Emilio Castelar, ha cerrado las puertas. Su dueño, Agustín Fernández no ha aguantado más, y a pesar de casi tirar los precios de su carta ha dicho basta después de ocho años al frente del negocio.

Entre 'Los resistentes' de los negocios de hostelería del barrio de Astilleros son el Café-Bar Grimaldi, frente por frente a El Corte Inglés en la Avenida de las Cortes de Cádiz, la panadería y pastelería Don Pan y Click Burguer, en el Paseo Príncipe de Asturias, y la Charcutería - Bar La Atalaya, en la calle Emilio Castelar.

La ausencia de un aparcamiento en altura que beneficie al comercio, el alto precios de los alquileres, el aislamiento tras las obras del puente y la no apertura aún del paseo que conectaría Astilleros y la Barriada de La Paz y la situación social de los vecinos del barrio son varios de los puntos en contra que los gerentes de estos negocios han encontrado para cerrar, a pesar de los esfuerzos de la Asociación de Vecinos y la reciente Asociación de Comerciantes creada allí.

Son momentos difíciles para Astilleros y su gente, pero los que siguen confían en que la situación cambie más pronto que tarde para que no tengan que seguir los pasos de los que ya no están.

 


 

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